El algortimo que apuesta contra usted

 


Libro A vs. Libro B: Cómo su broker podría estar moldeando su psicología de inversión

Por Andrés Hidalgo Castro

El día que un stop loss no funcionó

El 15 de enero de 2015, a las 4:30 a. m., Jorge M., un pequeño inversor colombiano, vio cómo su cuenta de trading se esfumaba en menos de un segundo. Operaba con 50:1 de apalancamiento sobre el franco suizo cuando el Banco Nacional Suizo retiró sin previo aviso el límite de 1.20 frente al euro. El precio se desplomó 2.000 pips sin apenas liquidez. Aunque había colocado un stop loss, la orden no se ejecutó donde esperaba. 

Terminó con un saldo negativo de –4.800 dólares. La razón: su broker no ejecutaba sus órdenes en el mercado, sino que las asumía internamente. Lo que parecía una simple operación se convirtió en una deuda inesperada. La diferencia entre un broker Libro A y uno Libro B había marcado su destino.

Mientras en apariencia no hay diferencia —el trader ve velas, gráficos, precios y spread idénticos—, el modelo de ejecución impacta profundamente en la experiencia del usuario, la velocidad de ejecución, los deslizamientos (slippage) y, en el peor de los casos, la transparencia.

Cuando el broker actúa como contraparte, no solo altera la microestructura del mercado, sino también condiciona la toma de decisiones del trader, amplificando sesgos como la aversión al arrepentimiento y la persecución de pérdidas.

¿Qué significa operar en Libro A o Libro B?

No todos los traders saben a quién se enfrentan. Algunos brokers trasladan las órdenes de sus clientes directamente al mercado. En la superficie, ambos modelos ofrecen spreads competitivos y plataformas modernas. Pero en el fondo, operan con estructuras de incentivos opuestas que impactan no solo en los precios, sino en la psicología misma del inversor minorista.

Libro A (STP/ECN): el broker actúa como intermediario. Transfiere las órdenes al mercado real. No tiene interés directo en que usted pierda.

Libro B (Market Maker): el broker asume la contraparte. Si usted pierde, él gana. Si gana, él paga.

Algunos brokers combinan ambos modelos. El problema no es la existencia del Libro B, sino el silencio con el que opera. Lo que usted ve en pantalla no siempre refleja lo que ocurre detrás.

FXCM: el caso que lo cambió todo

En 2017, la Commodity Futures Trading Commission (CFTC) expulsó a FXCM, uno de los brokers más populares del mundo, del mercado estadounidense. La razón: había ocultado durante años que gran parte de sus órdenes —cerca del 58 %— eran dirigidas a una mesa interna de negociación (B-book), mientras se promocionaban como un broker “sin mesa de dinero” (No Dealing Desk). 

Esta falsa promesa fue utilizada para captar miles de clientes que creían estar en igualdad de condiciones frente al mercado.

La investigación reveló que Effex Capital, un socio vinculado a FXCM, actuaba como contraparte principal de los clientes. A cambio, devolvía comisiones secretas al broker. La estructura era simple, pero devastadora: mientras los traders creían estar operando en condiciones reales de mercado, sus órdenes eran absorbidas por una entidad con información asimétrica y capacidad para manipular el flujo.

Más de 190.000 cuentas minoristas fueron afectadas. Para muchos traders, la confianza se quebró, no por las pérdidas, sino por la revelación de que el “mercado” al que se enfrentaban estaba diseñado por el mismo broker que administraba sus cuentas.

¿Y si el Libro B no fuera el villano?

Existen argumentos a favor del modelo B bien gestionado:

    1. Ejecución más rápida y spreads más bajos.
    2. Mayor liquidez en momentos de alta volatilidad.
    3. Costes reducidos para el trader minorista.
    4. Previsibilidad operativa útil para scalpers y traders de alta frecuencia.

El problema no es el modelo en sí, sino la opacidad. Un broker Libro B transparente puede ser más confiable que un Libro A mal regulado.

Psicología del trader: cuando el mercado parece manipulado

El modelo de ejecución influye en el comportamiento del trader:

Prospect Theory: las pérdidas duelen más que las ganancias. Un trader que siente que su broker se beneficia de sus errores se vuelve impulsivo.

Aversión al arrepentimiento: se cambia de estrategia constantemente, incluso si esta era efectiva.

Recency bias: eventos recientes (como slippage o desconexiones) distorsionan la percepción del riesgo.

Teoría de la Agencia: si el broker posee más información, los incentivos pueden estar en su contra.

En pocas palabras, el modelo de ejecución se convierte en una variable psicológica que contamina el proceso racional de decisión, lo que afecta la longevidad del trader minorista.

¿Cómo resolver esta fractura estructural?

Exigir transparencia: porcentaje de órdenes B-book, relación con proveedores, calidad de ejecución. 

Elegir regulación sólida: ESMA, ASIC y organismos confiables. 

Educarse: saber cómo operan los modelos ayuda a elegir el broker adecuado. 

Usar herramientas de auditoría: como Myfxbook o FX Blue para monitorear ejecución real.

Conclusión

El modelo de ejecución de un broker no es un tecnicismo sin importancia. Es la arquitectura invisible que define cómo el trader se relaciona con el mercado… o con su reflejo distorsionado. Cuando la entidad que debe ejecutar su orden también se beneficia de su fracaso, la batalla ya no es solo contra la volatilidad, sino contra la percepción de trampa constante.

Y cuando eso ocurre, el mayor enemigo del trader no es el mercado. Es su propia mente.